LITERATURA EXPRÉS
IV Concurso de Literatura-Exprés “Ciudad de Valladolid” Feria del Libro de Valladolid/LAVA/Culturatic
La 48ª Feria del Libro de Valladolid, el Laboratorio de las Artes de Valladolid (LAVA) y Culturatic convocan el IV Concurso de Literatura-Exprés “Ciudad de Valladolid” con arreglo a las siguientes bases:
Objetivos:
• Favorecer el descubrimiento de las habilidades y la intuición literarias. • Procurar una experiencia lúdica de la práctica de la escritura creativa. • Plantear retos individuales, con sujeción a premisas temporales y espaciales.
Fecha de celebración: Viernes, 17 de abril, 21.00 horas – sábado, 18 de abril, 01.00 horas (LAVA –edificio Antiguo Matadero)
Lectura finalistsas: domingo, 3 mayo, 11.00 horas (Feria del Libro-Auditorio de la Feria)
Eslogan / marchamo:
• Aquí te pienso, aquí te escribo
Participantes:
• Podrán participar personas mayores de 18 años (cumplidos antes del 17 de abril de 2014, inclusive), que hayan formalizado su inscripción en el concurso, cumplimentando los siguientes datos:
o NOMBRE Y APELLIDOS
o DNI
o EDAD
o TELÉFONO DE CONTACTO
• Estos datos se harán llegar al LAVA, en persona (horario de taquilla: martes a domingo, 12 a 14 y 18 a 20 horas) o por e-mail (literaturaexpres@culturatic.es) hasta el jueves 16 de abril de 2014 (jueves 16 inclusive).
• El número máximo de participantes será de 100 (serán admitidos por riguroso orden de inscripción).
• Quienes hayan resultado ganadores en las dos últimas ediciones podrán participar en la experiencia Literatura Exprés de este año y en el sorteo del e-reader que contemplan los premios, pero no podrán resultar finalistas ni vencedores.
Dinámica:
• Los participantes que hayan formalizado su inscripción en el concurso según lo establecido acudirán al LAVA el viernes 17 de abril, a partir de las 20.30 horas. Deberán llevar, únicamente, su DNI y un bolígrafo (NO teléfono, NO PC, NO dispositivos electrónicos, NO comida, NO bebida, NO tabaco).
• Una vez comprobada la identidad de cada participante, la Organización le asignará un número de concursante y le entregará un adhesivo y una tarjeta sellada con dicho número. El participante deberá lucir el adhesivo en lugar visible durante su estancia en el LAVA y conservar la tarjeta sellada con su número hasta el día de la entrega de premios.
• Los participantes accederán a la Sala de Crear, donde podrán permanecer durante el tiempo que deseen hasta las 01.00 horas del 18 de abril. Cuando el participante decida abandonar la Sala de Crear, deberá entregar su “pieza literaria” (o renunciar a tal derecho y abandonar sin más).
• En el momento en que todos los participantes hayan accedido a la Sala de Crear, la Organización procederá a elegir al azar, de entre 10 posibles, el tema sobre el que tendrán que versar las piezas literarias a concurso.
• En los Puestos de Creación habrá, a disposición de los participantes, folios en blanco, debidamente sellados, en cantidad suficiente.
• Durante su estancia en la Sala de Crear, el participante podrá: escribir, pensar, relajarse, consultar los diccionarios puestos a su disposición… No se permitirán conversaciones entre los participantes que alteren el clima de concentración.
• La Sala de Crear dispondrá de Puestos de Creación suficientes, así como de un rincón de descanso y una pequeña biblioteca de consulta lingüística.
• En caso de entregar su “pieza literaria”, el participante grapará todas sus hojas en el orden correcto y hará constar en todas ellas su número de participante. La extensión máxima de las piezas literarias será de 5 folios por las dos caras, no existiendo extensión mínima. Cada participante podrá entregar una única pieza literaria.
• En el momento de entregar la pieza literaria, en un sobre aparte que le facilitará la Organización, el participante introducirá un papel con sus datos personales: nombre, apellidos, DNI y teléfono de contacto. En el exterior de este sobre también hará constar su número de participante.
• Un Comité de Lectura constituido al efecto procederá a leer todas las piezas literarias admitidas a concurso y seleccionará 3. El Comité de Lectura será muy riguroso en referencia a la corrección orto-gramatical de los textos a concurso; y se cerciorará, hasta donde le sea posible, de su originalidad.
• Estas 3 piezas literarias serán leídas públicamente en el Auditorio de la Feria del Libro (Cúpula del Milenio), el domingo 3 de mayo, a partir de las 11.00 horas. La lectura será llevada a cabo por profesionales de la locución. El público asistente a la lectura elegirá la pieza ganadora por votación realizada a la conclusión de las tres lecturas.
• Las piezas literarias no seleccionadas podrán ser retiradas por sus autores en el LAVA hasta el lunes 12 de mayo. Las piezas literarias no retiradas en dicho plazo serán destruidas.
Premios:
• El autor de la pieza literaria ganadora se beneficiará de la matrícula en un curso de creación literaria (el importe del premio cubre hasta 300 euros del precio del curso), dos entradas para cualquiera de los espectáculos de la próxima temporada del LAVA y un pase gratuito para el Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo.
• Los dos finalistas recibirán sendos lotes de libros, así como dos entradas para cualquiera de los espectáculos de la próxima temporada del LAVA y un pase gratuito para el Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo.
• Todos los participantes en el concurso podrán participar también en el sorteo de un e-reader, que tendrá lugar en el momento de la entrega de premios. Para ello, llevarán consigo el número de participación sellado que les fue entregado el 17 de abril. Otra persona podrá representar a un participante si este no puede asistir el día de la entrega, siempre que esté en posesión de la tarjeta sellada. Si el número agraciado no se encuentra en el Auditorio, se procederá a un nuevo sorteo, hasta que aparezca el número ganador y sea posible entregar el premio in situ.
• La pieza literaria ganadora y las finalistas serán publicadas en la web de la Feria (www.ferialibrovalladolid.es).
• La participación en este IV Concurso de Literatura-Exprés “Ciudad de Valladolid” implica la aceptación de todas sus bases.
Aquel momento de tensión extrema se transmutó por mor de la expiación del alma en un sincero desahogo. Tras el tremendo susto y después de controlar nuestra violenta reacción, Comesaña narró, con voz entrecortada, una VERDAD que fluía a trompicones como aquel tronco sumido en un remolino del que intenta escapar.
ResponderEliminarNos contó lo acaecido desde el desdichado día en que al llegar del instituto encontró su casa violentada y destrozada. Por toda explicación apareció en su cama una misiva con órdenes precisas si quería volver a ver a sus padres con vida. Esa misma tarde le visitaron Kiril y la Jirafa dejándole muy claro su misión: buscarme y ganarse mi confianza de nuevo. Tenía que sonsacarnos el modo de descifrar el código que nuestra madre creó, encerrando allí la información vital para incriminar a los responsables de la mafia rusa en España.
Relató, entre lágrimas y en un clima de mutua comprensión, las amenazas y el ultimátum de Julia al no obtener resultados. Nos explicó lo acontecido en la gasolinera, donde nos habían seguido Kiril y su esbirro. Habían decidido que ya no les resultaba de utilidad con lo que le amordazaron y tiraron en un terraplén junto al lavadero de coches. Un cliente escuchó sus lamentos guturales y le liberó.
-¿Cómo has llegado hasta aquí?-le interrogó Sandra.
- Tu padre y yo nos inventamos, para ganar tiempo, lo de la caja adosada al puente.
-¿Cómo, has visto a papá? ¿Dónde? ¿Cómo está?- le pregunté histérico.
-Le cambian de piso. La última vez le tenían en la Calle Hípica y…
-¿Y?
-Nada, que vuestro padre es tremendamente fuerte. Resiste. Está bien.
Aquellas palabras lejos de tranquilizarnos nos angustiaron más si cabe, e imaginamos a nuestro padre torturado y vejado por aquellas alimañas. Comesaña no se atrevía a decirnos su estado real, estaba convencido.
-Pedí a mi rescatador que me trajera al Puente Colgante y allí no tuve más que seguir vuestro escandaloso rastro acuoso.
-Ya no sé si debo creerte.-Le dije con tono conciliador.-Eres desconcertante.
-Vosotros sí que despistáis con esas trazas.
-La única vía posible es descifrar de una vez la relación numérica. Ayuda a mi hermano mientras busco unas ropas menos llamativas.
-Pero… Si soy un zote en mates, ¿por qué crees que le copiaba?
-¿Sólo en mates?- protesté.
Nos concentramos en tan trascendental tarea y, tras dos horas gastando materia gris, llamamos con alborozo a Sandra, que para entonces apareció disfrazada de lagarterana.
-No sé a qué llamas “ropas menos llamativas”.- rio Comesaña.
-¡Vamos! ¿Qué dice? No hay tiempo.
-EN EL LUGAR PROHIBIDO ENCONTRAREIS LA RESPUESTA. SED LIBRES.-Cantamos a coro.
-¿Qué es eso del lugar prohibido?-preguntó Félix.
-Fue el sitio dónde nos ocultó nuestro padre un tiempo. Un pisito en el Cuatro de Marzo. Todavía llevo la llave.-Le aclaró Sandra.
-Corriendo. La vida de mis padres y el vuestro depende de nosotros.
De modo espontáneo nos abrazamos en una cálida piña insuflándonos una energía que íbamos a necesitar para lo que se avecinaba…
- Tranquilos, tranquilos amigos, yo os explico en un momento, pero tenemos que salir rápido de aquí, tienen cómo rastrearos. ¿Pero de qué vais disfrazados?, esto no es un baile de carnaval, -dijo acto seguido y si hubiese podido en ese mismo momento lo hubiese desintegrado con la misma mirada.
ResponderEliminarSalimos corriendo del lugar, seguíamos a Comesaña mientras pensaba, todavía tiritando, en muchas cosas, que hilvanándose me empezaban a producir ansiedad. Paré cuando supuse estábamos lo suficientemente lejos del lugar para tratar de sonsacarle de una vez, jadeando como un perro tras la carrera, la verdad.
- A ver Félix, dime la verdad y solo la verdad, como dicen en las películas, y ahora que me acuerdo adorabas las de policías, cosa que no me explicaba, y ahora creo que lo voy entendiendo. Dime, ¿de qué lado estás?, porque no me termino de creer tu presencia en todo momento. Y de paso me dices cómo es que nos rastrean.
Iba al parecer a sincerarse con nosotros, por la manera en que nos miraba, cuando de pronto empezó a escucharse a lo lejos la sirena de la policía.
- Vámonos, corramos más, ahora no es el tiempo para que la policía nos detenga; pensarían que estamos locos y la vida de vuestro padre peligra. Tenemos que ir a rescatarlo antes de que esos locos le hagan algo serio, enrabietados como tienen que estar ahora.
Me quedé sin respuestas a mis preguntas, pero Comesaña tenía razón, la vida de papá estaría en grave peligro y tenía que creer que mi amigo estaba realmente con nosotros, probablemente arrepentido, o nos estaba llevando engañados donde la Jirafa.
Con esa terrible incertidumbre corríamos siguiendo a Félix lo más rápido posible, por sitios baldíos a las afueras de la ciudad. No había mucha luz y parecía que habíamos dejado atrás a la policía. Debíamos llevar unos veinte minutos corriendo, estábamos realmente en forma, pero alguna vez había que parar.
- ¡Basta!,- gritó Sandra tras llevar mucho tiempo callada. ¿Adónde nos dirigimos?, por aquí no hay nada.
Me asusté y al parar me caí dando con la cara en el suelo, rompiéndome la nariz. Félix al verme se desmayó, no podía ver la sangre, y recordé como le gastaba bromas con ello en el colegio.
- Ahora vamos a ver quién es realmente tu amigo. Rápido, miremos en sus bolsillos a ver qué lleva, no me extrañaría cualquier cosa,- dijo Sandra mientras buscaba desesperada en los bolsillos de Comesaña.
Y Sandra tenía razón, encontró un pequeño localizador e inmediatamente empezó a fijarse en mis brazos, el cuello, hasta que dio con un microchip pegado en mi espalda. Él me había estado siguiendo, ahora me lo explicaba, probablemente desde el incidente del Archivo, cuando me pondría el microchip.
No entendía nada, pero pronto salí de dudas, cuando no muy lejos de nosotros vimos aparecer una gran silueta saliendo de un coche, acompañado detrás de otra, ambas me eran muy familiares. Parecía que estábamos todos juntos, por fin.
—Pero dónde os metéis. Hace horas que os busco. ¡Ni os imagináis a quiénes vi en la gasolinera!
ResponderEliminar—Nosotros de imaginación vamos sobrados, pero no la vamos a utilizar porque no nos hace falta
—le respondió mi hermana irónicamente—. Por cierto, ¿estaban limpios los servicios?
—Y esa pregunta, ¿a qué viene?
Inesperadamente para él, le agarré por detrás y lo arrojé al suelo.
—Pero, ¿qué haces? ¿Te has vuelto loco?
—La respuesta a la primera es una llave de judo. Disciplina que he practicado desde el asesinato de mi madre. La respuesta a la segunda es por el momento no, en el futuro pudiera ser que sí, dado mis problemas psiquiátricos de los cuales, a lo mejor, no me he curado.
—Me necesitáis para descifrar el criptograma.
—No, te equivocas.
—El código es de dos dimensiones y yo tengo una de ellas.
—Deshazte de él —interrumpió mi hermana.
—¿Cómo? —pregunté atónito—. Lo tengo bien sujeto, empieza a descifrarlo.
—Te confundes, acabará estorbándonos. Veamos que contiene el código numérico. ¡Es una ecuación! ¿El código numérico es una ecuación? —gritó mi hermana.
Me eché a reír. Ni tan siquiera la muerte de mi madre había acabado con aquel carácter ingenioso tan característico de mi padre.
—Supongo que la ecuación es: a ene igual a menos uno elevado a ene que multiplica a ene más uno.
— ¿Cómo lo sabes?
—No siempre he sacado dieces en matemáticas. La culpa fue de esta ecuación. Apunta lo que te dicte: “a12a0a19 a16a18a20a4a2a0a18 a4a18a20a0a14 a4a14 a12a0 a0a14a20a8a6a20a0”. Ahora mete los parámetros en el alfabeto y lee lo que pone.
— Las pruebas están en la Antigua.
— ¿Os dais cuenta cómo os hago falta? —interrumpió Comesaña—. Yo tengo el siguiente código, no me preguntéis para qué os puede valer, yo no lo sé. Por cierto, me estás haciendo muchísimo daño, y si me rompes la espalda, jamás tendréis lo que vais buscando.
No muy convencido me hice a un lado para que se levantara. Mi hermana se aproximó a él y le agarró por el jersey.
—Te voy a ser sincera, no sé a qué estás jugando. Lo que sí sé es que siempre te tenemos detrás. No me fio de ti, pero como la vida de mi padre corre peligro si no consigo estas pruebas, voy a aguantarte un poco más. Por lo tanto, nada de chorradas. Si vuelves a tener necesidad de un servicio no te preocupes si mojas la ropa. A nosotros también se nos ha mojado y no hemos tenido necesidad de comprar nada. ¿Te queda claro?
—Jarocho, estás malinterpretando todo. Yo no te he mentido.
—Ya habrá tiempo para aclarar todo. Llevo dos días que no sé qué hacer para no verte. Yo tampoco confío en ti. Pero mi padre está secuestrado y ellos quieren las pruebas. Si se las entregamos, nos lo devolverán, así que andando.